Cerca del frente oriental de la guerra de Ucrania, el soldado Dmytro muestra cmo un ratn asoma el hocico por el hueco de la pequea guarida subterrnea donde pasar el invierno. «No recuerdo haber visto tantos ratones en el invierno pasado, este ao hay muchos», comenta el soldado de 36 aos, encargado de conducir y cargar un lanzacohetes mltiple BM-21 GRAD.
Su unidad est estacionada cerca de Bajmut, uno de los frentes ms activos de la guerra despus de 21 meses de invasin rusa.
El refugio, construido en un bosque y de apenas 20 m2, tiene literas, una cocina y una pequea calefaccin que funciona con disel. Tambin hay electricidad gracias a las bateras del vehculo. La temperatura interior es de unos 20 grados, comparados con alrededor de cero en el exterior, con cielo gris y fro hmedo.
Y el domingo por la noche cayeron los primeros copos de nieve, seal de que el invierno ya lleg. Ser el segundo consecutivo en el frente para Dmytro y sus camaradas.
El primero fue rudo, pero desde entonces han aprendido a organizarse mejor, especialmente con la instalacin de calefaccin.
El ao pasado, «me qued congelado como un perro, cuando llegu a casa desde el frente me puse todo lo que pude, tres pantalones, un montn de chaquetas», recuerda el soldado.
«Siempre estbamos listos para la batalla, disparbamos constantemente, todo el da. Haca mucho fro», dice. En ese momento tuvieron que permanecer en su puesto durante 24 horas, sin otro refugio que trincheras embarradas o congeladas.
Cables mordidos
Un ao despus, Bajmut cay en manos de los rusos a costa de una larga batalla sangrienta. La unidad cambi de posicin y dispar con menos frecuencia por la falta de cohetes.
Ahora permanecen en el refugio con calefaccin y protegidos de las bombas o los drones explosivos. Solo disparan a objetivos especficos y desde un lugar ubicado a varios cientos de metros de su pequea base.
En el refugio, tres ratones muertos estn atrapados en una trampa. «El problema es que se comen los cables», como el que da acceso a internet a travs de la red satelital Starlink, dice Volodimir, de 45 aos, comandante de la unidad.
«Mi esposa acaba de comprarme este suter el mes pasado, y un ratn ya comenz a comrselo», cuenta Dmytro entre risas.
Adems del fro y los roedores, el invierno tambin significa que los rboles no tienen follaje y no sirven para esconderse de las cmaras enemigas de los drones. Los caminos tambin se vuelven muy resbaladizos y los vehculos se atascan en el barro.
A pocos kilmetros de distancia, cerca de Bajmut, el doctor Osmak, su nombre militar, tambin se ha preparado mejor para el invierno. Dirige un centro donde se estabiliza a los soldados heridos, situado en la planta baja de un edificio de construccin. Hay varias salas con aislamiento para evitar el fro.
Adems de una estufa de lea, tambin se han instalado calentadores para automviles en algunas habitaciones. El invierno pasado, «era mucho ms difcil trabajar, porque no tenamos tiempo para equiparnos adecuadamente, estbamos trabajando en el fro», recuerda el mdico.
Ahora en la sala de tratamiento hay «una temperatura agradable» de 28, 29 o 30 grados, explica. La electricidad proviene de un gran generador en el exterior.