Italia es la que empez, la que est contra las cuerdas, la que ha hecho del asunto una prioridad poltica, la que ha convertido la cuestin en una batalla abierta con Alemania, la que ms exigencias tiene y la que, al final, ha decidido frenar, una vez ms, la negociacin. Las llegadas de inmigrantes y demandante de asilo a las costas del pas se han disparado en los ltimos meses, se multiplican llegadas, naufragios y muertes, se multiplica la presin poltica, y el Gobierno de Giorgia Meloni ha preferido levantarse de la mesa este jueves, y dejar colgados temporalmente a sus socios, que aceptar un acuerdo sobre el reglamento de gestin de crisis migratorias, pues sabe que hubiera sido presentado como una cesin, una derrota.
Despus del medioda, el ministro Matteo Piantedosi, que no intervino siquiera en la sesin, se levant de la mesa en Bruselas y cogi el avin de vuelta anticipadamente, mientras el resto de titulares de Interior de la UE seguan con la agenda. Roma no iba a conseguir lo que quera, haba quedado claro, y antes que asumir una serie de cambios, relativamente menores, en el reglamento que se est peleando estos das opt por la salida ms brusca. No se trata de una ruptura definitiva, porque no tiene capacidad de veto, sino del ensimo gesto poltico, una escenificacin ms en clave interna que externa. Meloni tiene que hacer ver que est siendo implacable, que no transige, que sus exigencias sern escuchadas. Y hoy no poda, pues el ltimo texto de compromiso haba llegado a buen puerto tras imponer Alemania una serie de modificaciones.
El texto del reglamento est prcticamente cerrado, hay una «amplia, muy amplia mayora» para sacarlo adelante, segn el espaol Fernando Grande Marlaska, que ha presidido el encuentro. Y dado que «no hay grandes obstculos polticos, ser aprobado en los prximos das» por los embajadores de los 27, segn prometieron el espaol y la comisaria de Interior. Ylva Johansson, al trmino del Consejo.
Todas las fuentes consultadas coinciden. Italia necesitaba dar un puetazo para poder asegurar en casa que se haba plantado. La UE est negociando el Pacto Migratorio y de Asilo, que se articula jurdicamente sobre cinco reglamentos diferentes. Los dos primeros, sobre Eurodac (sistema de comparacin de impresiones dactilares usado para ayudar a determinar el Estado miembro responsable del estudio de una solicitud de asilo) y procedimientos comunes y garantas fueron aprobados hace tiempo y estn de hecho casi completados en la negociacin con el Parlamento Europeo. Los dos siguiente, sobre Gestin de Asilo y Migracin y un Procedimiento comn en materia de proteccin internacional, se pactaron por mayora cualificada en junio, con el voto en contra y la oposicin furibunda de Polonia y Hungra, pues habla de acogidas obligatorias o compensaciones econmicas de hasta 20.000 euros por persona rechazada, que no aceptan.
Quedaba el quinto, el de la gestin de crisis. En julio fue Alemania la que lo par, por considerar que no respetaba los derechos humanos adecuadamente. Los Verdes, parte de la coalicin del canciller Scholz, han sido muy insistentes. Y este verano la posicin sobre las llegadas y el trato a los refugiados y las ONG ha provocado una pelea dura, fea y recurrente entre Berln y Roma. El mircoles, tras muchas discusiones, la presidencia espaola present un texto de compromiso que satisfaca las demandas germanas, pero que ha sido intragable para el Gobierno de Meloni.
Dos son los puntos principales. El primero, la reescritura completa del artculo 5 del reglamento, que hablaba de una flexibilizacin de los «estndares» mnimos con los que los demandantes de asilo deben ser tratados al llegar a los pases durante una crisis. Resumido y simplificado, quiere decir que Italia exiga que ante una crisis seria y rpida, ante llegadas masivas, se pudieran rebajar los estndares, en trminos de tipo de alojamiento, requisitos de espacio, asistencia, etc. El nuevo documento excluye esa posibilidad.
El segundo factor es la llamada «instrumentalizacin». El espritu del reglamento busca perseguir y castigar la «instrumentalizacin» de las llegadas, pero est pensando por si un pas tercero, o alguna organizacin concreta, pretende jugar con la vida de los desesperados para meter presin o desestabilizar a un pas europeo. Italia quera que se incluyera a las ONG que rescatan personas, despus de haber tenido choques reiterados con ellas, deteniendo a sus tripulantes y acusndolos de connivencia con las mafias que trafican. Con la nueva redaccin eso tambin desaparecera. Por eso el plantn.
Los hechos son que hay una mayora suficiente para sacar el texto, pero nadie quiere aprobarlos sin Italia, no tendra sentido cuando es el pas que ms est experimentando esas crisis y llegadas. La sensacin de los colegas europeos es que Meloni necesita venderlo en casa. «Necesitamos tiempo para estudiar el texto», ha dicho el responsable de Exteriores, Antonio Tajani, que est precisamente en Berln para verse con su homloga. Esperan que sea rpido, que dentro de unos das, a nivel de embajadores y sin tanta presin de las cmaras, pueda argumentar que ha logrado de nuevo dar la vuelta y presentarse como victoriosa, sin modificar sustancialmente lo que al resto le parece bien.
Fuentes italianas creen que ser complicado el acuerdo en pocos das. No es una cuestin tcnica, sino muy poltica. Y la semana que viene los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 se vern las caras en Granada, por lo que Meloni podra intentar llevar la cuestin al mximo nivel. «Se ha avanzado, mucho, estamos casi en la meta. nicamente hay una diferencia de matices, que nos competen a todos no quiero individualizar en uno solo pas», ha dicho Marlaska. «Nos ha faltado un poco de tiempo, pero sigue intacta la satisfaccin por el trabajo hecho y convencidos de que en los prximos das habr mandato del Consejo para poder negociar con el Parlamento el conjunto de los instrumentos jurdicos del Pacto Migratorio. Estamos tan convencidos que comprometo mi palabra de que en breve, en pocos das, tendremos ese reglamento de crisis», se ha aventurado el ministro espaol.
La referencia a la negociacin con la Eurocmara es relevante. Para meter presin a su vez sobre este asunto de la gestin de crisis, los eurodiputados tienen bloqueado a su vez el acuerdo sobre los dos primeros en los llamados trlogos. Est todo pactado, pero sin luz verde definitiva. Si el Consejo fijara su posicin sobre el reglamento podra empezar ya el ltimo paso. Y no es balad, porque la legislatura termina en unos meses.
La Unin Europea lleva aos, lustros, intentando sacar adelante un nuevo Pacto Migratorio y de Asilo, un asunto divisivo, delicado, muy caliente. Es el tema que genera mayores fricciones y choques y ha sido imposible por tanto un consenso profundo, transformador. No se logr durante la crisis salvaje de 2015 y 2016, que casi se lleva por delante Schengen, el espacio de libre circulacin. Y no se ha logrado tampoco desde entonces. Tcnicamente, o formalmente, est cerca, pero la realidad es muy distinta. Si en junio fueron Polonia y Hungra las que pusieron el veto ahora es Roma. El Pacto puede salir adelante por mayora cualificada, pero la experiencia demuestra que eso es muy peligroso. No hay tema ms sensible, ms polticamente explosivo, que lo que afecta a las llegadas de migrantes africanos, a la cuestin identitaria y la gestin de fronteras. Aprobarlo y que alguno no quiera aplicarlo, que acabe en la Justicia europea y mientras haya caos, controles, suspicacias y enfrentamientos es potencialmente devastador, como se ha visto.
El Gobierno alemn ha anunciado estos das que reforzar los controles mviles contra el trfico de personas, sobre todo en las fronteras con Polonia y Repblica Checa, mientras espera que se alcance el consenso en torno al sistema comn europeo de asilo. Eslovenia y Austria estn con enormes fricciones tambin. Por no hablar de la propia Italia y Francia, o Grecia que pide ms ayudas por nuevos flujos.